sábado, agosto 19, 2006

buenas compañias

Huele a jazmín y cannabis con sabor a ron añejo, suena música de Lory Meyers en las playas de los Caños.
Yo tenía una cita con la brisa esta noche y tú aterrizas sin permiso con todo el calor del verano.
Te acercas atraída y curiosa como una niña, buscando las distancias cortas para hablar conmigo, y me desbordas con tu encantadora gracia andaluza
-Estas igual que antes - me dijo sonriendo-
Tú también , le contesté
La gente nos miraba como si de pronto hubiésemos caído del cielo
Y percibo una caricia aparentemente casual, un roce suave que dura mas de la cuenta, unas manos que no se retiran, una piel traviesa…
Las flores de la noche empezaron a abrirse para nosotros, y Luna nos relaja dándonos un masaje en la espalda. Nos reímos de lo que nos hace llorar y me sostienes la mirada buscando en mis ojos una duda, un brillo de complicidad
Sonrisas , gestos de ida y vuelta, miradas rasantes sobre tu escote, hormigas, engranajes ,una red con dos manos atrapadas, dedos que toman huellas dactilares
Y mi mirada que te dicta al oído las palabras de deseo que salen de tu boca .Sin verdades a medias , sin promesas de arena, sin próximo presente
Sólo mis manos siguiendo el laberinto de las tuyas hasta no saber donde terminaban mis dedos y empezaba tu piel
Y todo fue perfecto con la noche mirándonos desde fuera
Las gaviotas escriben con sus vuelos la página de una nueva mañana, y su camisa abraza mi cinturón en la orilla de la playa . Cuando se nos acabaron las copas y decidimos bebernos los labios.

1 comentarios:

Patricia Angulo dijo...

¡¡¡¡Ayyyyy cómo me gustóoooooo!!!!!

Adoré leer este relato de un momento tan mágico, ojalá lo hayas vivido.

Besos.