domingo, marzo 11, 2007

Algo debe tener.

El autobús de la linea 7 es el que me lleva a un pueblo de la costa.
Con el pretexto de visitar un castillo, después había quedado con Lucía para tomar algo por la tarde.
Ella vive sola con su hija y vende en el mercado tomates y champiñones a precio de hierbabuena. Se las arregla para hacer mil cosas a la vez. Tiene un invernadero, una historia que camina al mismo ritmo que sus pasos, y tiene el don de desdoblarse sin dejar de estar entera. La vida urbana poco tiene que ver con sus costumbres. No le gusta las aglomeraciones, ni las copas en los locales de moda, le gusta el pan , el agua fresca y los olores de las calles navegables de su aldea.
Y la veo sentada en una mesa del único bar del vecindario, me da la mano con la misma elegancia que después me invita aun café con dos pasteles. Me presenta a su hija que está casi iniciando la adolescencia ; la saludo, y a continuación le habla a la madre con voz baja, se dan la mano y la deja en una casa que tiene un balcón con dos geranios. Luego damos un paseo por su pueblo, notamos en la nuca miradas de señoras de luto haciendo penitencia en las ventanas, oimos un perro que ladra; son las 7 de la tarde en el campanario de una iglesia. Una mujer interrumpe nuestros pasos y le pregunta por mi: " el debe ser...." yo me paro y me sonrojo cuando intento sortear sus consecuencias, para cambiar de conversación, le expreso la persistencia que pone el tiempo en el verdín de los tejados...Nos reimos , nos vamos, y me transporta a un mirador donde se contempla el mar , la sierra, y una dehesa. Me habla de agricultura, de piensos, de veredas, del labrador que llega cansado cada tarde del trabajo, de todo aquello que conoce, de todo aquello que ha vivido, y va por la vida llamándole a cada cosa por su nombre. Bajamos apresurados por una calle empinada, al terminar me dice con la voz algo cansada: "vete acostumbrando a caminar por estos callejones inclinados ". Las mejillas se le ponen de un rojo a punto de explotar , se desabrocha un botón de su camisa, respira, y se da cuenta de lo que acaba de anunciar. Después me lleva a dar una vuelta en su coche por una carretera comarcal que rodea unas salinas. Un concesionario Renault nos equivoca el camino, la noche poco a poco se encarama en las puertas metálicas de los talleres de chapa y pintura, y ella para el motor... Me mira con su carga de cultivos y de soles, me regala el color gris que reflejan sus dos ojos , y una noche irrepetible nos sorprende justo en el tiempo que ella tarda en decidirse.
Para entenderme en su idioma tendré que reestudiar los poemas y los lugares, la gente y sus costumbres, aprender que las rosas no hacen ruido al crecer, que es hermosa la luz sobre las piedras del camino, que también puede ser prodigiosa la oscuridad que contienen los polígonos industriales.
Algo debe tener esta chica que se resiste al adjetivo. Algo debe considerar para tener la osadía de creer en mi.
Algo debe tener este día que empezando nos encuentra , que terminando nos junta, que despidiéndose nos inicia.

5 comentarios:

*Mariana* dijo...

una bella historia del comienzo de algo real e intenso. La entrega que se percibe en el texto es reconfortante

"aprender que las rosas no hacen ruido al crecer" ... una frase que me refleja ganas de amar!

abrazos

*M@N4*

Waiting for Godot dijo...

Qué hermoso!!!!

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Increible. Tres o cuatro veces me ha ocurrido algo parecido y siempre me sonó lujurioso en la memoria, nunca poético.
Señor Miguel... Un saludo.

Patricia Angulo dijo...

Ayyyy Miguel quiero que este día sea cierto y que esa chica tenga un adjetivo, el que mas te guste y que te llene la cara de rubores y el corazón y las manos de amor!!!!!!

Quiero que sea cierto :)

Besos

Aye dijo...

=)
algo debe tener para inspirarte todas estas imágenes hermosas, rodeandola y dibujandola en su pequeño pueblo...

Me quedo grabadísima la idea de una rosa que al caer no hace ruido... jamas lo habia pensado, pero es cierto... que ruido puede hacer algo tan suave al rozar el suelo...

Hermoso Miguel...
Ojala ella guarde tras su lengua un adjetivo que cierre el círculo... del dia que termina justo cuando algo comienza...

=)





PD: mil perdones por no venir en tanto tiempo... como ves, aqui vine a ponerme al tanto de tus bellisimas letras..

Besos por callecitas inclinadas!