domingo, abril 08, 2007

mientras llueve


Saber lo que queremos no es tan necesario , pero si saber como lo queremos, por lo menos eso pienso ahora que estoy mas cerca del otoño que de la primavera
Porque todas las circunstancias están en movimiento y algunas crecen sin nosotros, por ejemplo; el calor del beso que dejaste ayer en mi camisa, mi camisa mojada ahora por la lluvia, la contundencia de que el tiempo va pasando y lo que tendrá que ocurrir quedará a voluntad de nuestro riesgo, del deseo de abandonar o de dejarlo prosperar en nuestras manos
Son cosas que observo mientras te espero con las manos en los bolsillos, o me tomo un café en cualquier bar
Un chaparrón se desploma en los tejados, me resguardo de los chubascos en algun hueco, o en el saliente oscuro de un balcón
De pronto uno descubre que la fuerza que vemos en el agua depende de la luz, de la postura, o de la cercanía del faro de algun coche
Somos como esa tormenta indefinida, como esa frecuencia de las gotas sobre el rostro, la manera que tiene el agua de mojarnos, y tal vez de acariciarnos, somos la forma que tienen las calles de mirarnos
Nada ocurre sin motivo : una farola que se enciende y que se apaga según le solple el viento , el goteo de la lluvia en la cornisa, el modo de alternar de los semáforos, las ganas de quedarte o de salir para mojarte
Dependemos del capricho de las cosas, del antojo de un color, de la táctica que utilizes al quitarte los pendientes.

6 comentarios:

Patricia Angulo dijo...

De la forma de besarte la camisa o de que luego vos encuentres ese beso entre las calles mirando de qué forma cae la lluvia...

Gracias Miguel por seguir estando con tu mirada entre las letras, a pesar de la falta de tiempo y los trabajos.

Besos

Laura Pando dijo...

¿Sabes? Ayer leí este post, como siempre me pasa, te leo varias veces antes de comentar, no me preguntes el motivo.
El caso es que esta noche está lloviendo también en Segovia. Al salir del coche, caminando hacia mi portal he levantado la vista para ver si había luz en el salón de mi casa y al hacerlo me he fijado, como tantas otras veces, en la lluvia a través de la luz de esa farola. He visto viajar las gotas de agua a toda velocidad con la única intención de estrellarse contra el suelo, sólo que esta vez me he acordado de ti, del riesgo que queda a nuestra voluntad...así que me he quedado un rato, parada ya en el portal de mi casa, pensando en tus palabras, dejando que algunas de esos millones de gotas de lluvia tuviesen otro destino diferente al suelo...Por supuesto he subido calada...y también con una sonrisa en la cara.

Nada, una tontería, pero quería contártelo, aunque sólo sea para que vas que, de alguna manera, lo que das termina siendo recibido por alguien.

Un abrazo

Unknown dijo...

Me gusta eso de que somos una tormenta.... siempre tan melancolico y con esos interminables puntos suspensivos en tus textos. Besos.

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Hace tiempo luché en silencio por un premio que creía me merecía... y no me lo dieron. Era un premio que valoraba tu esfuerzo, no por puntos o logros. Un amigo, que también creía que tenía que ser mío me dijo que no me tomase tan mal y yo le contesté que "los premios a los difuntos no sirven. A Van Gogh no le sirve de nada los millones que valen ahora sus cuadros. No es sólo que te reconozcan: es que te reconozcan en el momento adecuado..."
Y hoy tú me has dicho:

"Saber lo que queremos no es tan necesario , pero si saber como lo queremos".

Y yo me he acordado de anhelos y demás.
Por cierto: escribes realmente bien. Un abrazo.

mariane dijo...

Gracias por hacer que cada gota de agua cuente.

Me alegro de haber entrado aquí.

Un abrazo,

"Mariane"

Waiting for Godot dijo...

Me gusta y mucho.
:)