jueves, agosto 09, 2007

en otro presente

Tal como entra una princesa por las puertas de un palacio. Que alegría verte subir en mi coche con tus vaqueros y el jersey rojo que acabas de comprarte
Una sirena que se sumerge en un asiento -como llevas mojada tantos años en mis ojos- te define de un modo mas exacto
Nos saludamos con esa forma tan despacio que tenemos de mirarnos
Que no te acuerdas del título del libro que vas a regalarme, me dices con una mano apoyada en el salpicadero de mi Seat Ibiza, mientras pasas la otra por encima de mi hombro
Nos tomamos unas copas donde quieras, o le sienta bien a tu pelo las mechas rubias que te has dado ; son cosas que te digo antes de incorporarnos sin prisa a la autovía. Tu mano olvidada todo el tiempo con la mía en la calidez del pomo de una palanca de cambio. Un puente, un semáforo en rojo que cruza a un parque donde has paseado algunas tardes con tu peke, un cambio de sentido que nos hace detener. Apurando cada circunstancia que regula la circulación para hacer un pacto urgente con tus labios o inventar algún gesto de cariño
Como esas palabras que me has dicho al oído hace apenas un momento al aparcar , cubriendo al mismo tiempo el teléfono con las manos porque hablabas con tus padres
Y aún permaneces en mi sonrisa cuando en el escaparate de una tienda de muebles levantas los ojos para mirar una cama con un cabecero que te gusta, el color de un sofá que hace juego con las puertas del salón, y unas estanterías que le vienen bien a una pared. Y sentimos como nos van arropando todos estos utensilios en un piso que poco a poco iremos amueblando; quizás nos llegue para todo si juntamos. Luego no decimos nada y el mundo tiene entonces el valor que atesoran las cosas pequeñas
Y es ahora la perspectiva sinuosa de una calle quien nos arrincona para besarnos junto a la piel de una fachada. Y así, sin nada de particular nos van creciendo los latidos lentamente como invade un tumor de terciopelo
Tal vez porque el amor aún nos señala con el dedo después de algunos años de habernos conocido. Tampoco sé si esto es una explicación del amor, o es felicidad sin pretensiones pero la oscura intimidad de un callejón nos asegura que ya no hay amores como el nuestro
Y metidos ya de lleno en la noche se van cargando de abrazos las palabras, le vamos quitando la razón a la distancia, le vamos dando sentido a los jardines
Y así; tan de la mano, la madrugada va cambiando de canción, las farolas deciden apagarse, se despuebla de gente las aceras
y bailamos con la música mas lenta.

7 comentarios:

Aye dijo...

qué hermosura este paseo,
pude verlo desde aquí, escondidita en este banco de plaza; los vi paseando de la mano y era tal la calidez que irradiaban que no quise interrumpir con mi saludo... =)

Me encanto esa frase que decis "Luego no decimos nada y el mundo tiene entonces el valor que atesoran las cosas pequeñas."
Con este post me hiciste acordar a cuando sentía que incluso los esfuerzos eran felices; más que un recuerdo, ahora que lo pienso bien, es un sueño, el de sentir que incluso los esfuerzos pueden verse embellecidos por el amor, por las sonrisas, también. Me hiciste sentir que no es tanto una utopía, sino que en algún momento eso llega, en algún momento se puede respirar el aire de todos los días e igual sentirlo como si fuera totalmente nuevo...


Te dejo un beso que baila entre las copas de los árboles y los acordes de una mañana temprana =)

Carmen dijo...

La música lenta, la suave cadencia de tus palabras y algunas coincidencias, me trasportan a otra realidad, a otro presente, que bien pudiera ser pasado o futuro.
Leo en un libro que las personas nos fijamos en otras, nos relacionamos, nos conectamos, y nos entendemos con ellas porque que están a nuestro mismo nivel energético. No sé, Miguel, tal vez sea eso.

Un besito.

Patricia Angulo dijo...

Lo cierto es que este presente o el otro, ha tenido a un verdadero dador de sentido a cualquier jardin.

Una delicia, como siempre Miguel, es bellisimo leerte!

Waiting for Godot dijo...

Me mataste, otra vez, pero sobrevivo con tu próximo post y me vuelves a matar y así, es una carrera de resistencia con mi corazón y mis sentimientos. Qué manera de escribir. Un beso

Anónimo dijo...

Demasiado empalagoso,y sin métrica ninguna....pufff

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Me gusta que sepas describir a las personas con circunstancias y no solo con un listado de su altura, peso y color de ojos.
A veces, para explicarles a mis amigos un sentimiento, una idea, una sensación; voy y les cuento algún hecho pasado en el que sentí eso mismo. Y es que a veces la vida cuenta las verdades con menos palabras y más sinceridad.

Por cierto, respecto al comment que "alguien" puso justo antes que el mío: guardalo como oro en paño, porque para cada insensato que sólo sabe quejarse sin aportar nada mejor... yo tengo la esperanza de que hay lo menos cien personas con algo espléndido en su interior. A veces es bueno que nos topemos con la estupidez para reconocer la inteligencia.
Un abrazo Miguel.

Miguel dijo...

Saludos y cariños: Aye,Edurne,Pato,Waiting, Anónimo, La caña.
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