martes, octubre 21, 2008

deshaciendo nudos

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Me quedé sorprendido cuando desde la esquina vi que había flores en su ventana
Escuché ruido de tacones saliendo del portal: su ángulo mas amable, sus uñas pintadas, su inacabable coraje de vivirUn pañuelo ocultaba en su cabeza la huella de una triste enfermedad
Porque suele pasar que cuando uno menos se lo espera nos dan una noticia para amargarnos la vida y cerramos los ojos intentando mirar para otra parte
Yo me hacía el despistado, buscando en el bolsillo cualquier cosa para vestir el encuentro de normalidad, antes de que subiera a su coche no tuve mas remedio que preguntarle:
¿Cómo estas?
—Ya estoy bien; poco a poco fui ganando batallas , deshaciendo tumores. Ahora es como volver a nacer, como ver una tormenta, como enamorarse
Por la noche aún se despierta asustada pensando en el recuerdo geométrico de una esfera apuntándole a los pechos
Eso me dijo, detenida en la puerta de su coche, con una lágrima al borde de sus ojos , y mientras hablaba se pasaba la mano por una cadena de oro envuelta en su cuello
Yo la estaba mirando, tenía una respiración muy dulce, hablaba y parecía que soñaba
Me contaba que ahora en ella todo es alegría, todo es motivo para la lírica: canta, dibuja, y le dice cosas tiernas a los animales
Se despidió de mí, feliz como una niña que abrazó a otra niña
Y por las mañanas sale a la calle dos horas antes de que la gente se despierte y escribe sobre el relente los poemas mas bellos; en el escaparate de una tienda, en las baldosas de una plaza, en los parabrisas de todos los coches de su calle. Y se queda esperando que alguien los vea, pero para saber leer en las gotitas de humedad hace falta haber llorado mucho, y la gente los barre delante de sus ojos
Después se marcha pensando en que tendrá que arrancar el limpiaparabrisas trasero de su Peugeot 206, para no borrar sin darse cuenta el verso que por algún motivo un tal Miguel le dejó dedicado la otra noche

lunes, octubre 13, 2008

en ruinas

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De un tiempo a esta parte las cuchillas de afeitar me están durando demasiado, la vida se me llena de putadas y le crecen muros a mis empeños
Y es que voy siempre a todas partes cargado de exigencias, me desconcentro con todo lo que no sea una palabra, con todo lo que no sea una certeza, como con esas ventanas de mentira que se pintan en las fachadas
Nombro las cosas y cierro el puño de las manos, me asfixia tanto quedarme sin recursos. Y para colmo mi cafetera humea con pronósticos de lluvia
Estoy en plena incertidumbre con mi rostro a punto de quebrarse
Y voy teniendo la manía de ir pintando fronteras por las baldosas de la cocina, tan solo para cruzarlas y sentirme extranjero
Qué triste se está poniendo todo esto
Teniendo en cuenta lo anterior, creo que es necesario darnos la mano, aunque sea un ratito, darle una vuelta a la manzana ; el mundo así tiene un significado diferente
Es preciso caminar los dos por una calle, ya verás que nos reciben las aceras con los bordillos abiertos, o compartir la picadura de una medusa en la playa de Conil
Pasear juntos y llenar de memoria a los ancianos que se asoman a los balcones de las casas de VPO , como si el pasado de ellos dependiera de nosotros
No sé , un minuto si acaso, compartir un poco de luz, ese trocito de sol que penetra por las rendijas del banco del parque , esa tenue claridad de las 7 de la tarde en el aire feliz de tus vaqueros
Cualquier rasguño leve, para sentir el agua que te lava , el frío de la colonia, o el tacto de la yerbabuena en tu bolsillo
Y morirme de pie como los árboles
Para usar más las cuchillas de afeitar
Para
decir que todo esto lo vi cogido de tu mano


sábado, octubre 04, 2008

dedicado

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Los andamios que levanta cuando amanece un nuevo día
para restaurar el mundo en obras donde vive
Con sus prisas en las jornadas laborales que me recuerda la sirena de los buques
Con ese rastro de sol que deja cuando pasa su sombra por la calle

Y puedo imaginarla dirigiendo sus pasos al polígono industrial donde trabaja, a veinte minutos en coche de su casa, hasta llegar al mundo de las llamadas telefónicas que surcan los comercios
Con su bolso colgado en una silla, su tabaco encima de la mesa, (tal vez lo deje un día de estos)

Con sus estudios de empresariales, soportando a los clientes que la llaman preguntando el precio de las cosas,
con ganas de cantarle las cuarenta y ajustarle a quien le grite su volumen, cargada siempre de razón por llevar los ojos muy abiertos
Y esos pasos acaban por la tarde y los otros continúan, para seguir con su vida, para buscar los teléfonos que quiere, la gente que prefiere
A veces detenida, buscando un río, como el agua parada en los embalses
A veces se le mueren las luces de su faro
Hecha a golpe de remos de la barca silenciosa que la mueve
Pero también reivindica el desenfado, construye puentes levadizos, y se le pasea la risa por el cuerpo
Con sus buenos modales, su costumbre de remontar el vuelo, su vestido de princesa (cuando se desnuda)

Pero siempre al final : aleteando cerca de mi oído, embarcada en mis propios pensamientos
, habitando el teclado donde escribo
Apoyado en su hombro le diría , ¿me concedes este baile señorita?