Ese movimiento de caderas que le regalaba
Su sonrisa rubia, cuando lo miraba
Ese desdén que poseía; levantando las cejas como diciendo que nada iba con ella
Aunque en el fondo deseándolo secretamente
Después él se iba a dar un paseo desde el barrio del Pópulo al parque Genovés
Para un rato después verla salir de su piso de la mano de su marido, en el más dulce de los sufrimientos
Luis tuvo la imprudencia de enamorarse de Mercedes delante de todo el mundo por primera y única vez en su vida, en una fiesta de carnaval con farolillos de papel
La mayor proeza que conquistó fue sacarla a bailar esa noche, por unos momentos se perdieron entre las fortificaciones de un castillo en la playa de la Caleta
No tenía nada que hacer , pero defendía sus sentimientos para abrir una grieta de sentido en lo que ansiaba
La amaba cuando era tiempo de sufrir
Al anochecer se apoyaba en un borde de la fachada
debajo de un anuncio de Cocacola, enfrente de su portal
con esa mirada de perro vagabundo que tanto manejaba
Tarde o temprano ella se asomaba al balcón
Aparecía con una camiseta negra facturada en un chino, el escote a la altura de los pechos, un aire procedente del mar le levantaba la falda
entonces todas los farolas de la calle se ponían de acuerdo para alumbrarle las piernas
Después de admirarla se lo contaba a sus amigos en la cafetería Andalucía
a muchas pulsaciones por minuto, y todos estábamos eróticamente allí, mirando con él
Han transcurrido ya algunos años, te lo cuento ahora para que el amor conserve dignidad frente al pasado
De esta historia solo quedan dos testigos
uno, el vértice de la fachada en la que se apoyaba
otro ,Mercedes, que regenta un estanco por la plaza de las flores, detrás de un mostrador lleno de ojos, por las curvas tan sugerentes que siempre tuvo
Algunas veces entro a saludarla
o discutir quién de ellos dos murió antes
5 comentarios:
OH. ESTOY MUERTA. ME HAS MATADO. DIOS. HERMOSO. BELLO. MIGUELLLL ERES GENIAL! :)
Besos.
Estoy como Godot, muerta. Mirá que has escrito delicidas con mayúculas, pero este relato es de una belleza extraordinaria de principio a fin.
Se me ha quedado el corazón apretado en un puño, me lo llevo así, todo apretadito para que no se me distraiga la emoción.
Besos y felicitaciones!
Nos llevas de carnaval, nos presentas unas piernas que brillan a la luz de las farolas y luego las escondes detrás de un mostrador. Todo para contar una historia conmovedora. Es dolorosamente bonito imaginar a la protagonista muerta en vida sin ese amor.
Un abrazo
Me ha gustado mucho. Me recuerda al primero que leí de ti... hace ya de eso unos meses ¿verdad?.
Había una película en la que un chico gravaba el baile de una bolsa de plástico en una corriente de aire... decían los griegos que la maldad no estaba en las cosas o en los hechos sino en los ojos que lo veían... del mismo modo la belleza no estaba en esa simple bolsa abandonada en la sucia calle, sino en los ojos de ese muchacho que supo ver la danza...
Me gusta como ves...
Sigue así, por favor.
Un abrazo.
Felicidades, Miguel, espero que pases un día agradable. Un beso.
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