jueves, diciembre 17, 2009

tarjetas postales

Me agarré a tus pies cuando salías a volar por la noche
de tus plumas se desprendían trocitos de pan
quise irme contigo
y me acogiste al calor de tu espalda
Planeamos dulcemente sin tocar el suelo
a media luz , a ciegas
Nos reímos de las señales de stop en las esquinas
saludamos a un niño que embobado nos mira
que sin comprendernos nos entiende
Yo desde lo alto te señalaba los caminos que transito
los galeones hundidos en la playa
tu nombre que dibujé en grande en mi tejado
todo lo que se iba alejando
Tú me mirabas de costado
susurrabas que no te dejara nunca
que te escribiera siempre
Divisamos la tristeza de los parques cuando se quedan vacíos
las hojarascas del otoño cubriendo los bancos
Vimos la felicidad
atrapada en la pupila asombrada de una anciana
que por primera vez en su vida ve volando el amor
de qué manera mas sencilla aprendimos la teoría de la reflexión de la luz
Cuando comenzó a amanecer
nos posamos tres cornisas mas arriba de la manzana de Newton
Dichosos de sabernos nos mezclamos con la gente de verdad
con los cuerdos que se creen vivos
con el caos de la mañana
A ciertas horas no tenemos mas remedio que gestionar la fantasía
continuamente hay cazadores apuntándonos
que sienten rabia
porque tenemos algo que delata la debilidad de ellos
y nos pueden abatir en una nube, un tiro en pleno vuelo
por eso durante el día utilizamos la poesía
y vamos por las calles llenando los buzones de poemas escritos
en tarjetas postales 

2 comentarios:

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Siempre me he preguntado ¿Por qué hay gente que insulta por la calle a desconocidos? ¿Por qué llaman "gorda" -a gritos- a esa chica ligeramente obesa o "calvo" a ese hombre que va sin meterse con nadie embutido en su gabardina? ¿Sentiran poder, grandeza, prepotencia?
Hay cazadores que envidian a todos e intentan matarnos y tirarnos al suelo para ocultar la miseria de sus vidas, para no tener que ver lo pobre de su existencia.

Un saludo y felices fiestas don Miguel.

Carmen dijo...

Este es el mensaje que más me gusta. Más que todas esas luces que ponen para alumbrar la tristeza de las calles. Más que los turrones que distorsionan las estanterías del supermercado, e invitan al cebado, al engorde rápido del cuerpo porque el alma no importa en estos casos. Más que los árboles falsos cargados de espumillón. Más que las figuritas de mazapán o de barro.
La fantasía, las tarjetas en el buzón, la poesía es el mensaje que más me gusta. Muchas gracias, Miguel, y sigue volando por encima de las chimeneas. No entres por ellas ni te pongas tan gordo como Papá Noe, por favor.
Un besazo.