miércoles, diciembre 09, 2009

un barrio en blanco

Esta costumbre que me lleva a cierto sitio
la que me hace descender por la cuesta que da a la playa
y
enjabonarme de autoestima
para poder contarte un poco de todo esto que nunca te podré contar
En mi ciudad hay un barrio de pescadores
desperdigadas casas cayendo sobre el mar
sábanas blancas tendidas en las azoteas
personas que te señalan un rumbo
y te abren paso entre la lluvia con la confianza de los que han comido en tu mesa
Ancianos de pasos lentos, igual que los que hacen penitencia detrás del Cristo de los Faroles
Borrachos en las cantinas; arrugas de antiguas resacas en cubierta
escarchas y maleficios
Mira por ahí sale
Manoli la pescadera, sus piernas blancas se ocultan donde comienza el luto
con su acento de causas perdidas
con la foto que guarda en un camafeo
recorriendo naufragios fechas y madrugadas
Y sin embargo cantándole a la distancia que hay desde sus ojos a la playa
tampoco es culpa suya que le domine la vida de esa forma
Menuda magia en esta acera invadida ahora por los niños
niños de abuelos republicanos destinados al olvido
¿A qué
huele ahora en esta calle?
Ya caigo
es
Matías, alfarero de los mares, capaz de dejarte sin palabras
por la simple estatura de su alma
Bien por ti, por tu sudor
Matías teme, dice , que se le desborde su vejez
y que sin salud la vida es un escombro
Él construye barcos , cuando los acaba sella las tablas con brea
luego los bautiza
Maria del Carmen, Candela, Mila
o con cualquier otro nombre de sirena

1 comentarios:

Carmen dijo...

Bueno, qué bonito de principio a fin, más aún al final, por lo de los nombres de sirena en los barcos. Me ha encantado. Un abrazo