jueves, marzo 24, 2011

la casa que ocupa

Yo solo me baso en la evidencia
que delataban los hechos
Me habían hablado de una mujer
que guardaba un jarrón con ramilletes de abrazos
Fue muy fácil explorar su casa por su miedo a los cerrojos
Tenía una biblioteca con color de pergamino
un libro de poemas desbordado entre novelas
porque ella vive sola con un millón de personajes
En la terraza una bicicleta resultaba ser un cuento
de paisajes impresionantes
Un pasillo me invitaba a seguir hacia adelante
Vi una repisa con un elefante de la suerte
espiado por una colección de trajes de muñeca
Una fotografía suya con sus perros
que me lamían la mano desde el cuadro
Rocé un cenicero de cristal que se trajo de París hace unos años
Unas conchas encontradas en la playa
llenas de espumas y de sal
le servían de adornos en el baño, tanto olor a mar
desorientaba a las gaviotas que volaban en el cielo del espejo
Después encontré un plato en la mesa del salón y un vaso de vino tinto con un fondo a tempranillo, también observé restos de tortilla en el mantel
Rodeada por el bosque de los muebles
una lámpara encendida iluminaba recuerdos
el leve polvillo de los años provocaba en mis labios una sonrisa
Por fin crucé la puerta de su cuarto
Un sujetador con relleno entibiaba el tirador
de la puerta del armario
Las vetas pintadas de la madera
le daban alegría a los cajones
Encima de la mesita de noche y a la luz de una poesía:
abalorios , bisuterías , un gatito de swarovski , la delicada fragancia de un pañuelo, y un papel con un deseo:
"quiero oler los cafetales"
De pronto apareció el jarrón lleno de abrazos
pero tan solo era ya un motivo más
para no irme.

3 comentarios:

Pato dijo...

Me mató este poema.

¿Puedo leerlo en la radio el sábado en el espacio de blogs?

Besos.

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

He visto la casa... y eso que nunca he estado allí.

Dharma dijo...

Hola, es una casa preciosa. Uno avanza de tu mano y va descubriendo contigo esas pequeñas cosas. Con los cinco sentidos. Todo un placer.