domingo, septiembre 25, 2011

de vuelta de París

Después de haber estado conduciendo durante toda la noche
me detengo en una mojada estación de servicio
para llenar el depósito de combustible
de mi Seat Ibiza
Cinco de la mañana
la lluvia salpica los paneles luminosos de la gasolinera
hace mucho frío a esta hora en Saint Jean de Luz
Mientras lleno el depósito
una mujer se despierta dentro mi coche
sin arreglar, despeinada, deslumbrada por los faros
de los camiones que entran a repostar
Lleva mi cazadora apoyada en sus hombros
y un mapa de carreteras en la mano
Baja la ventanilla y con cara de cansancio me pregunta
dónde estamos, cuánto falta para llegar
Su voz me ofrece de pronto todo el calor que necesito
Yo levanto la mano y le hago un gesto
no para decirle buenos días
ni que aún nos quedan dos horas de viaje
Es una señal para declararle
que me gusta verla
que ella es todo lo que tengo

2 comentarios:

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

¡HAS VUELTO!
Esto destila alegría por los cuatro costados.
Me alegro, ya echaba de menos la risa de tu pluma.

Carmen dijo...

Se respira en esta vuelta de París algo de lo de siempre mezclado con pizcas diferentes. Me ha gustado mucho leerlo. Un beso.