miércoles, agosto 22, 2012

la mujer que le grita

Acabo de hacerlo, he dejado a Miguel en el Mercadona
mientras sacaba la tarjeta de crédito para pagar lo he abandonado
y no tengo ninguna intención de ir a por mí
Estaba harto de su cabeza llena de proyectos inútiles, de perros abandonados
y de una mujer que lleva adentro y que le grita
No, no era gris la calle de sus poemas, ni el banco, ni la estación, ni la farola
tampoco tenía la niebla ese tono, era él el que andaba siempre triste
Yo creo que las historias se las inventa, son imaginaciones suyas o le saca demasiada punta a cualquier recuerdo
y se las cree gracias a su mala memoria
Está chalado, lo que yo te diga
Apunta en una libreta todo lo que le gusta de la mujer que le grita
y en otra muy pequeñita lo que no, en la pequeña lo único que hace es borrar con una goma una m o una l de su nombre y luego las escribe de nuevo en caligrafía
lleva cientos de cuadernos rellenos
su concepto de felicidad consiste en que no se le acaben nunca las libretas
¿Te lo puedes creer vivir con alguien así?
Tan ruidosa la mujer que lleva adentro, que no me deja en paz ni un sólo segundo ; grita y grita
Le grita por la punta de sus dedos, por sus párpados , por su garganta
Gritos tan fuertes y tan silenciosos como los de las películas mudas que le llevaba su abuela a ver en el cine del pueblo
Se lo he dicho infinidad de veces: si ella no deja de gritar yo me voy
Siempre está el tío dándole vueltas a lo mismo, que cambie el chip, que se cambie de peinado, de amigos, de trabajo, que reconozca que por su ventana lo único que entra es una lagartija
Y que su imaginación no viaje mas allá del vuelo de una gaviota, que se tape los ojos con las manos para ir hacia atrás, pero muy muy hacia atrás , hasta que el futuro sea tan simple como aquel tren de hojalata
Así que lo he dejado, he ido corriendo a la playa , me he desvestido delante de unas señoras y me he metido en el mar completamente desnudo, solo, en silencio.
Andará buscándome como un loco, lo cierto es que ahora estoy tan tranquilo dando un paseo por la orilla
No quiero que se entere que el otro día quise asesinar con una motosierra a la mujer que le grita
pero cuando la tuve delante la sentí como si fuese un nido
Se me escurrió la motosierra de las manos
lo único que se me ocurrió en ese momento fue preguntarle su nombre
y escribirlo muchas veces en una de sus libretas pequeñas
Si veis a Miguel decidle que por su bien no me ha quedado mas remedio
que quemarle todas sus libretas
y que le he cambiado la contraseña de su blog
para que no le escriba más poemas
para que la mujer que le grita deje de respirar
y que en silencio siempre esté en él
como la niebla sobre el valle




6 comentarios:

Carmen dijo...

El tiempo dirá, pero de momento me has provocado una sonrisa, pareces otro, de verdad.

Un abrazo ¿te has vestido ya?

Patricia Angulo dijo...

(espero sinceramente que sea un largo paréntesis Miguel, vos y su mujer que grita respiran poesía, espero vuelvan a encontrarse y se pongan de acuerdo entre los tres, ya sé-tres son multitud- pero a veces es así y hay que aceptarlo)

Dicho al oído como un secreto.

Besos

Anónimo dijo...

Espero que vuelvas pronto..
Si tienes que acabar con esa mujer...hazlo....,pero sigue escribiendo...eres genial..
Un besazo.

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

No importan, ni los adioses ni los paréntesis. Lo que importa es la felicidad de uno (y la de los que rodean a ese "uno", claro). Siempre lo he dicho, lo importante no es los que llegamos ni los que nos vamos, sino que llegamos por una razón y nos vamos con miles de ellas.
Mañana seguiran existiendo los blog, y sólo los pocos que nos leen sabrán que nosotros faltamos, así que el que más habrá ganado con esta experiencia debe de haber sido nuestro corazón.
Si mañana estarás te leeré y si no te recordaré. Mientras: espero que seas muy feliz.
Un saludo.

Carmen dijo...

Y Miguel aparece detrás de unos puntos suspendidos tirados en las aceras. (No se sabe todavía si con la mujer que le grita o sin ella) Y a pesar del ruido del tráfico, nosotros seguimos leyendo y disfrutando sus poemas...

El diario de Doris dijo...

A la mujer que grita y a Miguel tienes que comértelos enteritos y hacer luego una buena digestión bajo una parra o tumbado en una cama. Sin la digestión no te dejarán tranquilo porque nunca morirán realmente, ocultos en los armarios, detrás de tus peores pesadillas, en el rostro de otras personas. Yo estoy ahora en pleno proceso y me está purgando de indigestos años. Llevaba mucho tiempo sin visitar tu blog y me encuentro con un cerrado por metamorfosis. Sinceramente, espero que estés muy bien o de la mejor manera posible, echaré un vistazo a entradas antiguas, tienes un montón de cosas. Un abrazo.