domingo, octubre 21, 2012

piedrecitas de río

Gente que habla
que da opiniones
que dice esto y aquello
multitudes que se creen exclusivos
que compran en el Lidl, en el Carrefour
en la pescadería de la esquina
gente que está por todas partes
Pero quienes son todos esos que nos rodean
que nos lo encontramos en la cola del supermercado
en el vestuario de la piscina
o dándonos codazos en el cine
Muchedumbre; yendo, volviendo
dando vueltas en círculo
con sus caras tristes, sus paraguas color pistacho
pretendiendo, indagando
buscando algo que ya tienen
en una ciudad con ciento veinticinco mil habitantes
pero en verdad sólo es una persona
ciento veinticinco mil veces repetida
Y yo que tambíen soy del sur
y que como todos tengo un corazón bombeante
he preferido embarcarme
en otras soledades
Expatriado, he levantado mi cabaña
al otro lado del río
En este borde estoy viviendo
hermanado con el silencio
Mientras los demás miran los escaparates
yo lleno mis bolsillos de piedrecitas de río
Estoy construyendo un sendero de grava
inventándome caminos nuevos
para llamar tu atención
Eres especial me dirías

3 comentarios:

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Cuando los testigos de Jehová me visitaban e importunaban por la calle intentándome hacer comulgar con sus creencias lo que me cabreaba no era su fe, sino que se creyeran en posesión de la verdad y que, por tanto, yo estaba equivocado.
¿Quién es nadie para decirme cual es la verdad absoluta del universo?
Por eso yo respeto las individualidades. Cada uno es libre de pensar, creer y hacer lo que quiera. Uno entre estos 7000 millones. 7000 millones de “unos”. Uno que respete las otras unidades. Uno que les deje vivir, creer y hacer lo que quieran. Uno en toda su unidad.
Saludos.

Carmen dijo...

Me ha gustado mucho la imagen de la ciudad con sus cientos de miles de personas repetidas.Y eso de que tú como todos tienes un corazón bombeante. La utopía, quizá, de la cabaña junto al río, a la otra orilla, y esas piedrecitas en los bolsillos para ir haciendo camino al andar. Como Machado. La filosofía de Pan, o de Facundo Cabral.
Y sí, eres especial.
Un abrazo