Horizontales: las carreteras , los coches, y las calles
Verticales: las farolas, los edificios, y su silueta
Atraviesa preocupada por un paso de peatones, con ese miedo de cruzarlo y no hallar nada, con esa tristeza tan pequeña que le cabe en un pañuelo
Y se sienta en un banco que hay en la otra acera, donde la esperanza del encuentro va admitiendo pasajeros
Y allí aguarda a que el semáforo cambie a verde para atravesar otra vez al mismo lado
Y va y vuelve mil veces .Y percibe que su actitud cada vez tiene mas público
La siguen los que quieren fugarse a toda prisa de lo serio, los que buscan entregar sus semillas en algun hueco, los que de su última locura empieza hacer bastante tiempo
Y todos tiene un pensamiento en común : aqui nos falta algo
Tal vez ese beso con memoria que surgió en aquella tarde, o ese nombre que al pronunciarlo cada vez tiene mas letras
Nada hiere mas hondo que la espera, como la nostalgia implacable de los trenes, como esas flores que acostumbran a marchitar sobre los vientres
De repente atraviesa la avenida el olor de algún aroma, y hay un aire de fiesta en los cuerpos destinados a encontrarse
Porque hay que aprender a esperar inventando los momentos, porque al mundo que habitamos hay que injertarle colores
Por eso dibujo unas manos a la esencia del poema que abraza a los confiados a la sombra de sus alas.
Verticales: las farolas, los edificios, y su silueta
Atraviesa preocupada por un paso de peatones, con ese miedo de cruzarlo y no hallar nada, con esa tristeza tan pequeña que le cabe en un pañuelo
Y se sienta en un banco que hay en la otra acera, donde la esperanza del encuentro va admitiendo pasajeros
Y allí aguarda a que el semáforo cambie a verde para atravesar otra vez al mismo lado
Y va y vuelve mil veces .Y percibe que su actitud cada vez tiene mas público
La siguen los que quieren fugarse a toda prisa de lo serio, los que buscan entregar sus semillas en algun hueco, los que de su última locura empieza hacer bastante tiempo
Y todos tiene un pensamiento en común : aqui nos falta algo
Tal vez ese beso con memoria que surgió en aquella tarde, o ese nombre que al pronunciarlo cada vez tiene mas letras
Nada hiere mas hondo que la espera, como la nostalgia implacable de los trenes, como esas flores que acostumbran a marchitar sobre los vientres
De repente atraviesa la avenida el olor de algún aroma, y hay un aire de fiesta en los cuerpos destinados a encontrarse
Porque hay que aprender a esperar inventando los momentos, porque al mundo que habitamos hay que injertarle colores
Por eso dibujo unas manos a la esencia del poema que abraza a los confiados a la sombra de sus alas.
4 comentarios:
tal vez peor que la espera sea la espera influctuosa, en la que la otra persona nunca aparece.
Yo hace años que decidí no volver a esperar. Si alguien quiere estar conmigo que lo esté... y si no: pues que no me avise para vernos.
perdon: "infructuosa" (que si no, no se entiende)
Esas almas que le has dibujado a tu poema, han sido mias por un rato y la he sacado de la espera, del cruzar perpetuo y han aparecido por ahí unos brazos apretados y un reloj con las agujas amputadas.
Besos
Estoy dibujando gracias a tí.
Un beso,
Mariane
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