miércoles, enero 23, 2008

actitudes

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Esta mañana me puse mis zapatos despojados de memoria y un abrigo al que le faltan cuatro letras para quitarme este frío
El viento de poniente golpeaba las señales luminosas de la autovía
Los faros amarillos de mi coche atravesaron la niebla de un puente
La luz violeta del amanecer se fugó sobre un camión de mudanzas
Escuché en la radio noticias de guerras de muy lejos
Un taxi a punto estuvo de atropellar a un corazón abandonado en un bordillo
Vi labios con las manos hambrientas, pidiendo por las aceras
Besos marginados pasando la noche al raso
Policías floreciendo en las cunetas en donde tú siempre eres el malo
Individuos uniformados limpiando los cristales del Mc Donald
Gente fumando en ayunas, ahogando sus colillas en los sumideros, confabulando contra el día
Miré unos seres extraños escondidos detrás de sus caretas que se negaban a vivir con sus ojeras
En un banco del paseo la insensibilidad le estaba concediendo una victoria póstuma al amor, mientras que las falsas apariencias aplaudían
Escuché el violín de una ambulancia con breves notas de morfina
La soledad se afirmaba en cada esquina, la lluvia ensuciaba los cristales, y todo estaba tan oscuro como la luz de una cerilla cuando se apaga
Nadie sabía nada de los corazones muertos en los arcenes ni del prófugo olor a encuentro de las plazas
Actitudes de un día amaestradas por la gente incapaz de inventarse otra rutina
Esta mañana me hice una pequeña herida en el fondo de mis ojos que me duele cuando miro
Contarte como esta mañana me sorprendió el momento menos malo del día mirando por la ventanilla de mi coche los barcos del desguace, que no se hundieron
Si amaneció, no lo recuerdo.

sábado, enero 12, 2008

a veces llegan barcos

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La toalla en la piel al salir de la ducha, lo blanca que parece sin su blusa, el ritmo de su aliento en el cristal de la repisa en la que guarda sus colonias y sus cosas
Nada podrá alterar el gesto pensativo que siempre la acaricia al mirarse en el espejo donde se descubre reflejada
Y es capaz de entretenerse: en la lágrima de agua que cae de un grifo, en la gota de humedad que se desliza en el azulejo, en el regalo por los treinta años que pronto cumplirá su sobrino . Y es esa forma que tiene de mirarlo todo, proclamando con sus ojos que es frágil
Y caminando desde el baño a la habitación va dejando en sus pasos confesiones, y en el aire el aroma del perfume con olor a rosas que se ha puesto
Lo lleva todo en su cara , en su boca. Y piensa que debe acostumbrarse a envejecer, que el arte de los años es no darse nunca por vencida
Se le ve feliz paseando por la calle, y se muerde los labios cuando una amiga le pregunta algo, por ejemplo , del amor
Porque vuelve a tener los ojos brillantes, casi húmedos
Alguien ha invadido su presencia, algo le pasa dentro, algo que la ocupa sin saber por donde ha entrado.
Sus sesenta y tantos años los ha dejado en casa , los ha puesto en un jarrón, como una flor
Y cuando se encuentra con él, en la puerta oscura de un café, siente como renacen las palabras, en una conversación de confidencias
Y vuelve a mirar con ojos de muchacha la ropa fugitiva de los maniquíes de las rebajas
Se pregunta si le quedaría bien esa falda roja, o en tono de broma; cómo le sentaría el gracioso encaje de una diminuta ropa interior. Y hay una mano por encima de su hombro que le asegura que se ponga lo que se ponga siempre estará guapa.
Es necesario el secreto para saberlo todo, por eso se siguen la risa por las aceras, sienten la duda del beso en la boca, exploran el calor resistente de las brasas. Porque empiezan a comprenderse en todos sus rigores
Ella lo agarra buscando un lugar entre sus brazos, un refugio, un sitio donde protegerse
Y piensan: en sandalias en la orilla del mar, en sus ropas mezcladas en el armario, en la fragancia que habita en las palmas de sus manos, en dejar breves notas al pie de sus ventanas
Ya no conciben el riesgo del futuro , pero sí que viven el presente
No quieren trasnochar, no tienen edad para eso, pero apuran el sentido de los amaneceres paseando de la mano en una playa
Él le preguntará por el cumpleaños de su sobrino , ella le dirá, que estuvo bien
Después ella le comentará cualquier cosa: que tal el reúma, hace frío, te quiero.